miércoles, 21 de mayo de 2008
La mejor serie relacionada con el crimen...

(Crime Scene Investigation, "Investigación de la Escena del Crimen"), es una serie de ficción estadounidense que se centra en torno a un grupo de científicos forenses que trabaja en la ciudad norteamericana de Las Vegas (Nevada) investigando los crímenes que en ella suceden.
La original fórmula de la serie y su éxito suscitó dos secuelas, CSI: Miami y CSI: New York, en torno a los equipos de científicos forenses de dichas ciudades, pero además influye en varias series posteriores relacionadas con la investigación criminal, como Bones o NCIS entre otras.
La serie mezcla argumentos de novela y cine negro con la investigación científica necesaria para encontrar pruebas que iluminen crímenes oscuros, además de sumar historias de interés ético entre los investigadores y las víctimas. La serie encuentra su atractivo en esa alternancia entre género negro, ciencia pura e historia dramática, pero se aprovecha también de unas excelentes interpretaciones, unos guiones de gran calidad y profundidad y de una dirección poco rutinaria. La historia de los personajes va desarrollándose lentamente a lo largo de los episodios, contradiciendo la narración fulminante y centrada en la acción de la tradición cinematográfica norteamericana, y la vida privada del grupo de policías y científicos implicados se ve salpicada con ocasionales toques costumbristas y humorísticos.
La original fórmula de la serie y su éxito suscitó dos secuelas, CSI: Miami y CSI: New York, en torno a los equipos de científicos forenses de dichas ciudades, pero además influye en varias series posteriores relacionadas con la investigación criminal, como Bones o NCIS entre otras.
La serie mezcla argumentos de novela y cine negro con la investigación científica necesaria para encontrar pruebas que iluminen crímenes oscuros, además de sumar historias de interés ético entre los investigadores y las víctimas. La serie encuentra su atractivo en esa alternancia entre género negro, ciencia pura e historia dramática, pero se aprovecha también de unas excelentes interpretaciones, unos guiones de gran calidad y profundidad y de una dirección poco rutinaria. La historia de los personajes va desarrollándose lentamente a lo largo de los episodios, contradiciendo la narración fulminante y centrada en la acción de la tradición cinematográfica norteamericana, y la vida privada del grupo de policías y científicos implicados se ve salpicada con ocasionales toques costumbristas y humorísticos.
Las Vegas

"Obviamente la mayor parte de la investigación del escenario de un crimen consiste en ver, sin embargo, también hay que oir , escuchar, saber escuchar, no sólo lo que la gente dice sino cómo lo dice, como el tono de su voz coincide con la expresión de su rostro o la postura de su cuerpo, o sea que aunque leo los labios y sé lo que dicen . . . eso, no basta..."
Criminalistas

No siempre son oficiales de policía, muchos son especialistas en investigaciones profesionales. Pero sea quien sea el que realice la tarea, su trabajo es asegurarse de que la escena del crimen esté documentada y fotografiada en mínimo detalle.Demandan tan poca actividad como sea posible en el lugar del delito; esto evita que cualquier evidencia o claves potenciales sean destruidas o alteradas.
Se especializan en grupos:
ANALISTAS DE HUELLAS LATENTES

ANALISTAS DE ARMAS DE FUEGO/BALÍSTICA

ANALISTAS DE MARCAS DE HERRAMIENTAS

ANALISTAS DE DOCUMENTOS

ANALISTAS DE EVIDENCIAS

A lo largo de nuestra vida, vamos recogiendo y depositando constantemente diminutas muestras de material: polvo, piel, fibras y toda clase de cosas. La mayoría pasa totalmente desapercibida. Sin embargo, cuando se comete un crimen serio todos estos ejemplos de evidencia se convierten en una fuente de gran valor para los criminalistas. No importa cuan cuidadoso sea un criminal tratando de cubrir las pistas que deja, es imposible deshacerse completamente de ellas. En ocasiones un par de fibras de ropa puede ser la única pieza sólida de evidencia que tiene la policía para seguir adelante. Un cabello de la víctima puede haberse escondido debajo del asiento de un carro, o las fibras de alfombra pueden haberse adherido a las suelas de los zapatos de la víctima. Algo que parece tan insignificante puede terminar probando las acciones de un criminal.
-Estos es un pequeño resumen de los distintos criminalistas y de la función que desempeña cada uno-
Nacimiento de la ciencia forense...
Hubo un asesinato en un pueblo en el otro extremo del mundo.Sus habitantes negaron haber participado en él,el cuello de la víctima había sido rajado con una pala... Había un hombre, llamadlo..."idiota de la ciencia",que pidió a todos los demás que llevaran sus palas a la plaza,una vez allí les dijo:¡con el filo hacia arriba! y esperó.
Al final las moscas se posaban sobre una pala en particular en busca de restos de sangre y carne humana:el primer testigo de un crimen.
Al final las moscas se posaban sobre una pala en particular en busca de restos de sangre y carne humana:el primer testigo de un crimen.
Más tarde la gente se olvidó de la ciencia forense y Franchesco Reyes lo recordó en el siglo XVII y Darwat en el siglo XIX.
"Ni la muerte deben tener aquellos que viven sabiamente"(Buda)
Psicologia criminal...

Los asesinos, cualquiera sea el crimen que hayan cometido tienen cosas en común: principalmente sienten que les fue negado su lugar en el orden social.
También en las conductas antisociales existen concomitantes orgánicas. Hay lesiones cerebrales indetectables, congénitas o hereditarias, que producen perturbaciones en la conducta, o sea, zonas del cerebro afectadas que poseen un grado de irritabilidad que pueden provocar ataques de agresividad descontrolados.
Pero es cierto que la sociedad parece preparar el escenario del crimen y llegado el momento hay un criminal que actúa.
Los asesinos seriales disfrutan de sus crímenes, que satisfacen sus deseos de omnipotencia torturando a sus víctimas sin ninguna piedad, porque son indiferentes a su sufrimiento.
El pasado de los criminales en la gran mayoría de los casos es tortuoso. Son personas por lo general abusadas de niños por sus propios padres o parientes, sometidas a castigos despiadados, que han sobrevivido a duras penas a ese maltrato que los ha endurecido. Acumulan rencor y su vida se proyecta con el único fin de tramar su venganza.
Los medios de comunicación, la publicidad, la influencia de las drogas y el alcohol son fuertes estimulantes para personas con mucho resentimiento y con poco dominio de si mismos. No olvidemos que un asesinato vende y mucho más si tiene ribetes macabros.
Sembrar el terror a través de los medios de comunicación de una sociedad, proporciona beneficios pero no resuelve nada. La ola de pánico, el temor a la violencia, la exageración de los hechos para llamar la atención del público, genera en la gente fobia a ser secuestrado, asaltado o asesinado y la sensación de encontrarnos con un asesino suelto los vuelve paranoicos.
Pero hay que tener en cuenta, que las personas que tienen mayores probabilidades de cometer un asesinato son en la mayoría de los casos, un amante, un hermano, un padre, o un amigo, confirmándose en los hechos que de cada veinte muertes una sola es producida por un desconocido de la víctima.
En Argentina, en el período comprendido entre 1971 y 1995 se denuncian un promedio de veinte delitos cada mil habitantes por año, y la posibilidad de que sus autores sean inculpado es del 0.80% y la de ser condenado es de 0.08%; o sea que existe el 0.08% de probabilidad de ser protagonista de un delito pasible de condena.
Es decir que ocho de cada cien personas pueden ser atacadas gravementes o asesinadas por año, pero si calculamos solamente los delitos ocasionados por desconocidos ese índice baja a 0.004% o sea cuatro cada 100.000 habitantes en un año.
En Estados Unidos las probabilidades de ser asesinados por cualquier persona, familiares o no, son del 0.01%, y en Terranova, Canadá, un país donde el orden social es una característica distintiva, es de 0.001 %.
Los hombres son generalmente los principales asesinos y sus víctimas son habitualmente familiares.
También en las conductas antisociales existen concomitantes orgánicas. Hay lesiones cerebrales indetectables, congénitas o hereditarias, que producen perturbaciones en la conducta, o sea, zonas del cerebro afectadas que poseen un grado de irritabilidad que pueden provocar ataques de agresividad descontrolados.
Pero es cierto que la sociedad parece preparar el escenario del crimen y llegado el momento hay un criminal que actúa.
Los asesinos seriales disfrutan de sus crímenes, que satisfacen sus deseos de omnipotencia torturando a sus víctimas sin ninguna piedad, porque son indiferentes a su sufrimiento.
El pasado de los criminales en la gran mayoría de los casos es tortuoso. Son personas por lo general abusadas de niños por sus propios padres o parientes, sometidas a castigos despiadados, que han sobrevivido a duras penas a ese maltrato que los ha endurecido. Acumulan rencor y su vida se proyecta con el único fin de tramar su venganza.
Los medios de comunicación, la publicidad, la influencia de las drogas y el alcohol son fuertes estimulantes para personas con mucho resentimiento y con poco dominio de si mismos. No olvidemos que un asesinato vende y mucho más si tiene ribetes macabros.
Sembrar el terror a través de los medios de comunicación de una sociedad, proporciona beneficios pero no resuelve nada. La ola de pánico, el temor a la violencia, la exageración de los hechos para llamar la atención del público, genera en la gente fobia a ser secuestrado, asaltado o asesinado y la sensación de encontrarnos con un asesino suelto los vuelve paranoicos.
Pero hay que tener en cuenta, que las personas que tienen mayores probabilidades de cometer un asesinato son en la mayoría de los casos, un amante, un hermano, un padre, o un amigo, confirmándose en los hechos que de cada veinte muertes una sola es producida por un desconocido de la víctima.
En Argentina, en el período comprendido entre 1971 y 1995 se denuncian un promedio de veinte delitos cada mil habitantes por año, y la posibilidad de que sus autores sean inculpado es del 0.80% y la de ser condenado es de 0.08%; o sea que existe el 0.08% de probabilidad de ser protagonista de un delito pasible de condena.
Es decir que ocho de cada cien personas pueden ser atacadas gravementes o asesinadas por año, pero si calculamos solamente los delitos ocasionados por desconocidos ese índice baja a 0.004% o sea cuatro cada 100.000 habitantes en un año.
En Estados Unidos las probabilidades de ser asesinados por cualquier persona, familiares o no, son del 0.01%, y en Terranova, Canadá, un país donde el orden social es una característica distintiva, es de 0.001 %.
Los hombres son generalmente los principales asesinos y sus víctimas son habitualmente familiares.
¿Qué es lo que hace que unos se conviertan en asesinos y otros no, habiendo experimentado las mismas experiencias?

La gran mayoría de los homicidios se relacionan con la vida doméstica y el alcohol es el principal protagonista. La mayor parte no son planeadas, sino el resultado de discusiones que terminan mal y las posibilidades de ser asesinados en la propia casa son de veinte a una.
Un asesino se siente desconectado de la sociedad porque generalmente es de clase baja y no tiene nada que perder. Son individuos limitados, con defectos de carácter, violentos, que se manejan sólo emocionalmente sin razonar, y pueden llegar a matar por cualquier falta menor que consideran un agravio a su frágil y sensible identidad.
Alguien de clase media o alta puede premeditar un crimen y pagar para que le hagan el trabajo.
El homicidio dice mucho de una cultura. Las tensiones diarias, el stress, los desacuerdos, los antagonismos, la ambición, la codicia, las tentaciones, provocan un estado depresivo que genera violencia y adicciones, o sea los componentes básicos que se necesitan para cometer un crimen.
En países que sufren condiciones de pobreza extrema donde grandes sectores de personas carecen de lo esencial, y de oportunidades para su desarrollo; los índices de muertes violentas se incrementan.
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